sábado, 11 de junio de 2011

Corredor


De verdad que me esfuerzo y lo intento a veces, pero es que hay cada uno por ahí…
Como ese tipo con el que me cruzo a menudo, en toda época y estación, sudando como un gorrino cuando ventea al matarife, corriendo como un poseso para mantenerse en forma (pero, ¿qué forma de mantenerse en forma es ésa que consiste en martirizarse de continuo?) mientras habla y habla y habla sin parar por el pinganillo del teléfono móvil.
A las siete de la mañana, que tiene delito la cosa.
¿Mens sana in córpore sano? Tururú.
No lo entiendo, de verdad que no lo entiendo; hasta tal punto me resulta incomprensible tan absurda actitud, que hay veces en que me asaltan unas ganas irrefrenables de ponerle la zancadilla, o darle con el paraguas en la cabeza, para ver si realmente es humano y no esa especie de robot con el cerebro de estropajo que parece ser.

2 comentarios:

  1. Siempre lo he pensado, si para estar en forma, tener calidad de vida o vivir más hay que pasar un tercio de nuestra existencia haciendo ejercicio, yo prefiero no hacerlo y vivir lo que me ha tocado, un tercio menos de los que lo hacen.
    Hasta pronto.

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  2. Hacer deporte y hablar por el móvil es una contradicción de esfuerzos. Al final, por ignorancia sometemos al cuerpo a otros estados de dispersión contínuos.

    Pero sí, en mi caso echo de menos algo de actividad física con que cuidar el vehículo sin el cual no estaríamos aquí riéndonos y leyendonos ahora mismo.

    Un abrazo, Elías. Eso sí: prefiero tus sombreros. Nunca me mandes una foto tuya en chándal, y menos haciendo la compra en Carrefour.

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