sábado, 19 de febrero de 2011

Pastor


Cayado, paraguas, talega y perro.

Y el rebaño paciendo su rutina, su rumia en silencio,
su rabia sorda.

La espléndida imagen es del fotógrafo y director zaragozano José Antonio Duce. 

6 comentarios:

  1. Preciosa y precisa "instantánea" de este necesario oficio que se pierde, como dirían las crónicas, "en la noche de los tiempos". Aunque la segunda frase la presentas como un texto en prosa, el propio ritmo interno de la misma podría descomponerse en dos perfectos endecasílabos que, sumado al rotundo inicio del texto (también 11 sílabas) daría lugar a un terceto en verso blanco, incuestionable.

    La imagen, no puede "comulgar" mejor con tus palabras.

    Un abrazo.

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  2. Gracias, Antonio, por la observación versicular, en la que no había reparado.
    Imagino que incluso en la prosa, aflora de vez en cuando el poeta que uno se siente( también a veces, no siempre).
    Mirada sabia la tuya, Antonio.

    Abrazos.

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  3. Ese es el poder de la palabra, que tu escribas dieciocho palabras (creo) y yo recree toda una vida.

    BesoTe.

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  4. Diego Fernández19 febrero, 2011

    Todavía quedan pastores... Mi padre lo fue, lo es aún, y yo también lo fui, hasta donde pude o quise. Por eso me agrada que te hayas inspirado en esta figura arquetípica y universal para tus versos. Siempre que veo a un pastor recuerdo un breve pasaje de Luis Cernuda (creo recordar que en el poema aquel hablaba de estibadores portuarios): "...tristes, como todo lo que pertenece a los trabajos de la tierra". Un saludo.

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  5. Isabel Román19 febrero, 2011

    Fíjate lo que hace el contexto en el que leemos, Elías.
    Si hubiera encontrado tu escrito hace un año, me habría evocado una estampa de la naturaleza. Hoy, después de leer la prensa y ver los informativos, se me superpone a la imagen primera, otra de esas masas que en los países árabes "han pacido su rutina" mientras "rumiaban una rabia sorda" que ahora está explotando.
    Gracias por este texto tan sugerente; y por tu paciencia al escuchar a tus lectores. Un abrazo grande, y buen finde, amigo.

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  6. Me recuerdas mis preparativos del Camino de Santiago.
    Como siempre un placer volver por tu casa.
    Un abrazo.

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