viernes, 16 de abril de 2010

Fado da saudade


En el día de hoy, cautivos y desarmados por el amor, mis amigos Susana y Antonio, Antonio y Susana, han decidido formalizar en un papel lo que ya estaba atado en sus corazones.


Amantes de Portugal (mantienen desde hace tiempo una página semanal -"La raya de papel"- sobre el país vecino en el diario "Hoy" de Extremadura, son profesores en la universidad de la hermosa ciudad de Évora), no se me ocurre mejor manera de desearles felicidad eterna que con esta canción, una de las que, sin duda, formaría parte de la banda sonora de mi vida.


Escuchar aquí.

Fado da saudade

Nasce o dia na cidade, que me encanta
Na minha velha Lisboa, de outra vida
E com um nó de saudade, na garganta
Escuto um fado que se entoa, à despedida
E com um nó de saudade, na garganta
Escuto um fado que se entoa, à despedida

Foi nas tabernas de Alfama, em hora triste
Que nasceu esta canção, o seu lamento
Na memória dos que vão, tal como o vento
O olhar de quem se ama e não desiste
Na memória dos que vão, tal como o vento
O olhar de quem se ama e não desiste

Quando brilha a antiga chama, ou sentimento
Oiço este mar que ressoa, enquanto canta
E da Bica à Madragoa, num momento
Volta sempre esta ansiedade, da partida
Nasce o dia na cidade, que me encanta
Na minha velha Lisboa, de outra vida

Quem vive só do passado, sem motivo
Fica preso a um destino, que o invade
Mas na alma deste fado, sempre vivo
Cresce um canto cristalino, sem idade
Mas na alma deste fado, sempre vivo
Cresce um canto cristalino, sem idade

É por isso que imagino, em liberdade
Uma gaivota que voa, renascida
E já nada me magoa, ou desencanta
Nas ruas desta cidade, amanhecida
Mas com um nó de saudade, na garganta
Escuto um fado que se entoa, à despedida




Nace un día en la ciudad que me encanta
En mi vieja Lisboa de otra vida
Y con un nudo de saudade en la garganta
Escucho un fado que se entona en la despedida
Y con un nudo de saudade en la garganta
Escucho un fado que se entona en la despedida

Fue en las tabernas de Alfama en hora triste
Que nació esta canción y su lamento
La memoria de los que van igual que el viento
La mirada de quien se ama y no desiste
La memoria de los que van igual que el viento
La mirada de quien se ama y no desiste

Cuando brilla la antigua llama o sentimiento
Oigo este mar que resuena cuando canta
Y de Bica a Madragoa, en un momento
Vuelve siempre esta ansiedad de la partida
Nace un día en la ciudad, que me encanta
En mi vieja Lisboa de otra vida

Quien vive solo del pasado, sin motivo
Queda preso de un destino que lo invade
Mas en el alma de este fado, siempre vivo
Crece un canto cristalino, sin edad
Mas en el alma de este fado, siempre vivo
Crece un canto cristalino, sin edad

Es por eso que imagino, en libertad
Una gaviota que vuela renacida
Y ya nada me apena o desencanta
En las calles de esta ciudad amanecida
Y con un nudo de saudade, en la garganta
Escucho un fado que se entona en la despedida.


2 comentarios:

  1. Enhorabuena a Susana y Antonio, les deseo lo mejor. La canción no podría haber sido más acertada.
    Un abrazo.

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  2. Gracias, Mercedes.
    les daré tu enhorabuena en cuanto tenga la ocasión.
    Celebro que la canción te haya gustado.
    Un abrazo.

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