sábado, 30 de noviembre de 2013

Vello


Vello. Pelusilla superflua de apariencia engañosamente débil que las señoras odian y extraen con saña de su cuerpo entre lágrimas de dolor con la ilusoria esperanza de no tener que repetir la ingrata maniobra estética en un plazo demasiado breve.
Particularmente insidioso es el que arraiga y crece con tesón inquebrantable -como cizaña en trigal, como musgo en umbría, como percebe en rompiente- en la concavidad donde se unen la parte interior de los brazos con el costillar (axila o sobaco), y en los aledaños de los labios femeninos (bucales, mayores y menores).

viernes, 29 de noviembre de 2013

Día de las Librerías (PuntoAparte)



Al parecer, hoy se celebra oficialmente el Día Internacional de las Librerías. Como decían en un programa de la tele "pues bueno, pues vale, pues me alegro". El tono displicente de la anterior frase se debe a que yo esta "festividad" la celebro todos los días, sin que nadie me lo mande. Porque no concibo un día sin ellas. 

Reductos del saber, lugares de encuentro y amistad, templos paganos de la cultura escrita, las librerías conservan y atesoran en sus estantes toda la sabiduría del mundo esperando que vayamos a descubrirla. Y uno, aún entrando ya en edad casi provecta, mantiene el amor por la lectura, el afán de la curiosidad y el descubrimiento de lo desconocido que los libros nos prestan.

Aunque, como es fácil de suponer, he estado en muchas y en casi todas he comprado algún libro, la mía de siempre es la que veis en la imagen, PuntoAparte (sin la y, que María se enfada). Desde que di con ella al poco de llegar a Mérida, se convirtió en muy poco tiempo casi en mi segundo lugar de residencia. Horas y horas entre el batiburrillo de cajas, periódicos y libros y donde siempre aparece algún compinche con el que pegar la hebra o tomar un cafelito. Es rara la semana en que no paso por allí. Aunque sólo sea para trastear entre sus estantes buscando alguna pieza interesante (entrar en una librería, permítaseme el símil, es casi como salir de caza con chucho perdiguero sin saber qué te va a salir al camino, qué te vas a llevar a casa en el morral). O charlar un rato con María, Mariquilla, tan cariñosa y sonriente, tan eficaz como dispuesta a satisfacer cualquier demanda relativa al asunto por muy peregrina que esta sea.

Buena parte de mi biblioteca ha sido adquirida allí. Buena parte de los libros que adquiera de aquí en adelante estoy seguro de que también lo serán en ese local con su horario atípico.

Cuando vivía en Vallecas mis dos cotos de caza preferidos eran La Guadaña, que también funcionaba como estanco, y, los domingos que no tenía que ir a jugar al baloncesto y podía escaparme de casa, las casetas de Moyano. Sospecho que a La Guadaña se la habrá llevado ya la muerte, al menos en lo que a los libros se refiere (la última vez que estuve allí hace ya unos cuantos años estaban saldando el poco fondo que quedaba), pero a la Cuesta de Moyano, con la promesa del Retiro al final de las casetas de madera, vuelvo cada vez que puedo.

¡Larga vida a las librerías!

Y un beso para María.



jueves, 28 de noviembre de 2013

Cernuda y las nubes en la Antigua Imprenta Sur


Hace unos días recibí en mi buzón, fruto de la generosidad de Javier La Beira, director de la “Biblioteca del 27” de Málaga, los dos libros que aparecen en la imagen: un hermoso tratado poético sobre las nubes (Ángeles errantes. Las nubes en el cielo poético español), y un homenaje poético a Luis Cernuda en el 50 aniversario de su muerte (A Cernuda, con unas violetas). Ambos signados, respectivamente con los números 10 y 11  de la colección Cazador de nubes.

Si siempre es motivo de alegría que los amigos se acuerden de uno y recibir libros de su mano, en este caso se suma al alborozo libresco que esos volúmenes hayan sido impresos en una imprenta que tiene lazos indelebles con un momento de oro en las letras españolas, la llamada “Generación del 27”. Me estoy refiriendo a la Antigua Imprenta Sur, la mítica imprenta que fundaron Emilio Prados y Manuel Altolaguirre en 1925, actualmente en el "Centro Cultural de la Generación del 27" de Málaga. Seguramente sea una de las pocas en España que aún componen sus publicaciones en tipografía. Recuerdo con mucha emoción mi visita a la misma guiado por y en compañía de José Antonio Mesa Toré y el propio Javier La Beira hace apenas tres años y donde conocí al maestro impresor José Andrade, guardián de tan hermoso legado. Durante un tiempo, sus planchas han estado acumulando polvo y desasosiego, en punto muerto y con riesgo de “calarse” del todo, como si dijéramos. Afortunadamente, las “minervas” han vuelto a tomar impulso y levantar el vuelo con estos dos hermosos volúmenes para contento de los lectores y amantes de las cosas bien hechas.

Una gran noticia.
Gracias, Javier y José Antonio. Y viceversa.

miércoles, 27 de noviembre de 2013

3 presentaciones cruzando la península



Si ayer hablaba aquí mismo de dos magníficos narradores, Gonzalo Hidalgo Bayal y Luis Landero, hoy tengo que hacerlo de dos magníficos poetas, Eduardo Moga y Jesús Aguado. Si ayer Madrid, hoy Barcelona. Eso sí, los cuatro en la "Librería La Central". En este caso, en la del Raval barcelonés.
Insumisión, publicado por Vaso Roto es el último e intenso libro de Moga, y conociendo a ambos me atrevo a aventurar que la presentación será toda una aventura gozosa de la palabra. 

 


Y entre medias de ambas ciudades, otra que llevo en el corazón gracias a las gentes que la habitan: Zaragoza. Esta tarde, a las 20:00, en la estupenda librería "Los Portadores de Sueños", Miguel Mena, en compañía de Beatriz Pitarch, presenta Micromemoria. Pubicado por la exquisita Olifante, Micromemoria es un delicioso librito de recuerdos, en este caso radiofónicos (Mena es locutor en la SER desde hace alrededor de treinta años) en la estela del I remember de Joe Brainard y el Je me souviens de Georges Pérec.
Libros hermanos de mi Me acuerdo (Calambur) que también presenté, sí, qué casualidad, en Zaragoza. 
O los Me acuerdos (Huerga y Fierro) de Emilio Pedro Gómez, otro zaragozano que me distingue con los detalles de la amistad.




Y entre 7 y 8 de la tarde -ni pa ti ni pa mí- mi querido Cumbreño, Chema para los amigos, estará en la “Librería El Buscón” de Cáceres, firmando ejemplares de su último poemario, Made in China, publicado en la colección de poesía extremeña contemporánea “Luna de Poniente” de la editorial de la luna libros

Cada vez echo más en falta no tener el don de la ubicuidad. O ser uno y trino. 
Enhorabuena, amigos.