sábado, 30 de noviembre de 2013

Vello


Vello. Pelusilla superflua de apariencia engañosamente débil que las señoras odian y extraen con saña de su cuerpo entre lágrimas de dolor con la ilusoria esperanza de no tener que repetir la ingrata maniobra estética en un plazo demasiado breve.
Particularmente insidioso es el que arraiga y crece con tesón inquebrantable -como cizaña en trigal, como musgo en umbría, como percebe en rompiente- en la concavidad donde se unen la parte interior de los brazos con el costillar (axila o sobaco), y en los aledaños de los labios femeninos (bucales, mayores y menores).

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