1748. Olor en las habitaciones. El olor de aguarrás que queda en las habitaciones pintadas con colores ó barnices que contengan dicha esencia, incomoda á muchas personas y en algunos casos puede producir insomnio y otras molestias. He aquí algunas indicaciones para salvar este inconveniente.
Antes de habitar una estancia recientemente pintada, se dispone en el suelo una capa de heno y se espolvorea con cloruro de cal, cerrando herméticamente las aberturas; así se tiene durante 24-48 horas, pasado cuyo tiempo se abren las ventanas para que se airee. Este sistema tiene el inconveniente de substituir un olor por otro no menos molesto. Además el cloro que se desprende corroe los objetos metálicos que se encuentran en la habitación y estropea algunos colores. Por todas estas razones, es mejor acudir al método siguiente.
1749. Se pone en la habitación un hornillo portátil encendido, de manera que la temperatura se mantenga entre 20º-25ºC. Como se comprende, es preciso después ventilar la pieza antes de habitarla, á fin de evitar el efecto tóxico de los gases desarrollados por la combustión.
1750. Se puede también sacar provecho de la propiedad que tiene el agua de absorber los vapores de esencia de trementina: se dispondrán, en el local que se quiere desodorizar, platos con agua convenientemente distribuidos y se renovará el líquido con frecuencia.
Sin embargo, a mí me gusta el olor a trementina, incluso hasta añorarlo.
ResponderEliminarCosas de la infancia...
Saludos
Curiosos sistemas. Los tendré en cuenta la próxima vez que pinte en casa. Por cierto, hay por ahí unas aguas que se han escapado y no deben de absorber mucho. Habrá que "remojarlas".
ResponderEliminarUn abrazo.
Es uno de los olores que me levantaban desde pequeña mis migrañas, es uno de mis mayores enemigos.
ResponderEliminarPero mira que me traes, buenos o malos recuerdos de mi niñez. De todos modos annque menos buenos como este, gracuas a ti, me gusta sentir que tengo recuerdos.
Un abrazo.
Querido Elías, después de muchos días fuera sin Internet, leo juntas tus últimas entradas, y me quedo prendida de todas, como siempre; entre ellas, de ésta, que imagino habrás tomado de ese precioso libro gordo que me enseñaste y que resuelve tantas cosas prácticas (y por tanto, tan importantes) de la vida. ¡Que no somos espíritus flotantes, caramba!
ResponderEliminarComo me voy mañana 25, a varios miles de Kms. y sin Internet, te mando ahora un abrazo muy grande. Te traeré más cuadernos blancos, no lo dudes.