Hace 4 años
domingo, 18 de julio de 2010
18 de julio
Familia
Mi madre tenía un mandil de hule,
pálidas manos de tejedora
y una mirada líquida y azul
que depositaba en nosotros con una confianza
que al final no hemos merecido.
Mi padre era dueño de brazos fuertes,
largos silencios de nieve
que en su honor he heredado,
y zapatillas de albañil con un roto
por donde asómaba indómito
el dedo meñique izquierdo.
Un dieciocho de julio,
junto al agua de un pantano
y bajo el calor de la siesta,
me hiceron.
Y por eso ahora estoy aquí
y escribo en su recuerdo.
Elías Moro
(Palos de ciego)
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Cuando ya el 18 de julio es una fecha más en medio del calendario, resulta curioso que ambos hallamos hecho referencia a ella, aunque para rescatar memorias personales que en nada tienen que ver con aquel significado sangriento que un día tuviera.
ResponderEliminarHermoso poema.
Un abrazo.
FE DE ERRATAS, CON AUTOFLAGELACIÓN:
ResponderEliminarSi la memoria no me falla, y dado que no puedo optar a su corrección, creo que en mi comentario se me ha escapado un "hallamos hecho" en vez de un correcto "hayamos hecho". Quede constancia de ello y téngase por corregido, en tanto me flagelo por tan imperdonable "horror": 18 latigazos, de acuerdo con la fecha.
Un abrazo.
¡Qué bonito Elías! Se me ha hecho un nudo el corazón...
ResponderEliminarFelicidades!!
ResponderEliminarMe ha emocionado leerte...
ResponderEliminarUn abrazo Elías
Me gustan "los largos silencios de nieve", buena herencia y precioso este poema-recuerdo.
ResponderEliminarUn beso.
Recuerdos ensortijados en un mandil o unas zapatillas, y la cereteza, de que pasado el tiempo, siempre la mirada posada en ellos le llevará muy cerca de sus manos y sus ojos.
ResponderEliminarEntrañable poema.
Saludos