Junio
Lalo era para mí inmortal. Porque él se llamaba Libertario. Era libertario de nombre y de hecho. Si querías una bocanada de libertad, ibas a hablar con Lalo. Y sin embargo él también ha muerto. Le encontraron en sus campos, replegado sobre el sombrero, en posición de descanso. Murió allí, por la tarde, entre un enjambre de luciérnagas. Y a mí me queda su hijo, que escribe poesías y que me dice: ¿sabes una cosa, Antonio?, me he dado cuenta de que no llegué a hablar nunca lo bastante con Lalo.
Lalo era para mí inmortal. Porque él se llamaba Libertario. Era libertario de nombre y de hecho. Si querías una bocanada de libertad, ibas a hablar con Lalo. Y sin embargo él también ha muerto. Le encontraron en sus campos, replegado sobre el sombrero, en posición de descanso. Murió allí, por la tarde, entre un enjambre de luciérnagas. Y a mí me queda su hijo, que escribe poesías y que me dice: ¿sabes una cosa, Antonio?, me he dado cuenta de que no llegué a hablar nunca lo bastante con Lalo.
Giugno
Lalo per me era immortale. Perché lui si chiamava Libertario. Era libertario di nome e di fatto. Se volevi un soffio di libertà, andavi a parlare con Lalo. Invece anche lui è morto. Lo hanno trovato nel suo campo, ripiegato sul capello, in posizione di riposo. È´morto lì, di sera, fra uno sciame di lucciole. E a me resta suo figlio che scrive poesie e che mi dice: sai una cosa, Antonio, mi sono accorto che non ho mai parlato abbastanza con Lalo.
Antonio Tabucchi
Para enmarcar. Un abrazo
ResponderEliminarNo debería haber muerto, nunca se habla lo bastante con los libertarios, pero te queda el consuelo de que lo hizo entre luciérnagas. ¿No es fantástico?
ResponderEliminarDaniel: es que Tabucchi es mucho Antonio.
ResponderEliminarUn abrazo
¡Cuánta razón, Mercedes! Nunca hablamos o estamos lo suficiente con aquellos que queremos de verdad.
ResponderEliminarPero así es la vida; pasa por nosotros y se nos lleva por delante.
Claro, que si hay luciérnagas de por medio, la cosa cambia.
Un beso
Es Tabuchi, o sea, garantía de belleza, perspicacia y disfrute para el lector.
ResponderEliminarUna vez más, gracias por compartir.
Un abrazo,
P.D.: Por cierto, dije: ¿Acaso Trujillo? (guiño cómplice)
Lalo es inmortal porque lo es, y también por la luciérnaga. Un abrazo
ResponderEliminarPrimitivo