Malva
en el decoro y la crueldad de los hombres maduros,
en la ligereza del vuelo de la alondra,
en la gema que será tallada después de un millón de años,
en el aroma insultante del espliego,
en las túnicas macabras de los penitentes,
en la desaparición de los recuerdos,
en los arrabales sin futuro de la angustia,
para la sal de las heridas y el dolor.
En los poemas de colores de Elías que, abarcan una sinfonía de sensaciones donde reencontrarse. Precioso.
ResponderEliminarBesos admirados.
Gracias, Paloma.
ResponderEliminarComo siempre, tus hermosos comentarios iluminan en estos poemas.
Besos (con no menos admiración)
Me encanta este color, te dejo este link http://exapamicron.wordpress.com/2007/09/04/malva-historia-de-un-color-que-cambio-el-mundo/
ResponderEliminarEs precioso tu poema, como una amatista.
Qué tengas una feliz semana.
Beatriz
Qué goce, leerte. Desde hace días buceo por aquí. Compruebo que estuviste en Zaragoza, lástima que no me enteré. Un abrazo
ResponderEliminarY en las nubes de las tardes de otoño... ¡Cómo me gusta!
ResponderEliminarHasta pronto.
Gracias, Beatriz, por esa "amatista".
ResponderEliminarFeliz también para ti.
Gracias, Daniel, por el comentario.
ResponderEliminarPor cierto, he visitado tu "En Lisboa" -mi ciudad preferida- y me ha encantado encontrar en ella a mi maestro Ángel Campos Pámpano.
Gracias también por eso.
Un abrazo.
Gracias, Mercedes, por el hermoso verso de más.
ResponderEliminarUn placer, como siempre, tus visitas.
Abrazo.
Gracias a ti, Elías. Lisboa también es mi ciudad preferida, viví en ella 14 meses inolvidables (los últimos, en el blog que has visitado). Si pasas por mi blog actual, danielpelegrin.blogspot.com, verás que comparto con Ángel Campos Pámpano (además del afecto por Lisboa y por la poesía) el haber traducido a Eugénio de Andrade. Un abrazo de vuelta.
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