En Cometas en el cielo, una hermosa película ambientada sucesivamente en el Kabul de la guerra contra los rusos y el régimen de los talibanes, se produce una conversación entre padre e hijo en la que el primero sostiene, ante las reconvenciones de su hijo casi adolescente en contra de la bebida y el pecado que conlleva, que “Sólo existe un pecado, y es el robo. Los demás pecados son variaciones sobre el mismo”.
Y le pone algunos ejemplos: “Si matas a un hombre, estás robando una vida; cuando mientes, le robas a alguien su derecho a la verdad. No existe acto más vil que el de robar”.
Y el padre remata la conversación diciendo: “Tanto hablar del pecado me ha dado sed”, mientras se sirve otra copa.
Pienso en los hijos a los que los padres les han robado la felicidad a causa de la bebida...
ResponderEliminarQué fácil es argumentar cuando queremos justificarnos.
Hasta pronto.
esto es posible!!
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