Las palabras también se fatigan y se quejan, no son, como pudiera parecernos, inmunes a los insultos y los malos tratos; sobre todo, de algunos pésimos escritores.
Tienen sus consecuencias; sobre todo, en los lectores.
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En la palabra herida se ve la sangre que mana.
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Esa palabra tira de mi lengua queriendo nacer, pero me siento incapaz de pronunciarla con un mínimo de afecto.
Una palabra como un deseo interminable...FELIZ
ResponderEliminaruna palabra con principio y final fijado..AÑO
un nuevo comienzo...besos
Palabra, arcilla del poeta; barro que vuela.
ResponderEliminarUn abrazo.
"Cuidado con las palabras".
ResponderEliminarPor muchas razones, sería un buen eslogan para el año que ahora comienza.
Que te traiga muchas cosas, y todas buenas;-)
Un beso.
Me apropio de esta preciosa reflexión tuya y la incorporo como uno de los propósitos de año nuevo. Cuidar más de las palabras -sobre todo de las dichas- y no perder de vista que son capaces de crear realidades, y también de destruir lentamente amistades, afectos. Las dichas, unas veces. También, las que se quedaron por decir.
ResponderEliminarUn abrazo , Elías, y mi deseo de que tengas salud, amor e ilusiones en este año. Con ese equipaje se puede con todo.