1 ¡Idiota, idiota!
(El loro de Ubalda Rojo. En San Vicente, Córdoba, Argentina, hacia 1956)
2 Me di cuenta de que eso era lo que quería y, desde atrás, la abracé por la cintura y la apreté con fuerza. Se le escapó un ruidito discreto pero indisimulable. No me pareció un accidente sino algo deliberado: me estaba indicando por dónde debía ir, así que empecé por bajarle la braga. Entonces le vi en el cachete derecho una preciosísima mariposa tatuada con mucho arte. Hice lo debido hasta que la mariposa se le borró. Y es que las tintas vienen hoy muy malas por causa de la guerra del Golfo.
(En el Bar Bigote de Jaén, España, un artista de la ginebra)
3 Si es usted de San Vicente por fuerza se tiene que acordar del Comisario Arce. ¿Se acuerda? En efecto, vivía en la calle Argandoña casi esquina Dionisio Tejedor. Digo que vivía porque como usted recordará lo cosieron a puñaladas. ¿Ahora lo tiene claro? Bueno, tómese este vinito y le voy a contar algo que no sabe nadie: este pecho lo mató.
(A las 3 de la mañana en una taberna de la Diagonal 80, en La Plata, provincia de Buenos Aires)
4 A Borges yo lo mataba. No digo al escritor, digo al fabricante de cajas de hierro.
(Un amigo de Gómez de la Serna en casa de Paula Sofovich en Buenos Aires)
Imagen: Weegee
Aqui se podría decir que el alcohol te hace hablar mas que un loro..pienso que el último algunas copitas tendría encima..
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