Hace 4 años
martes, 10 de enero de 2012
Acuario
inmóvil, inerte sobre algas
de plástico y las rocas
extrañas donde habita,
me contempla el pez mientras
descansa su vejiga natatoria
pero si enciendo la luz,
soy yo quien absorto mira
el leve azul de sus aletas,
su boca redonda en estertor
el cristal es nuestro límite,
la frontera más poderosa;
no el movimiento, no:
sólo el mirar nos aproxima
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Me fascinan los acuarios. Son una burbuja de irrealidad. Un pedazo de serenidad incrustada en las salas de espera de los dentistas de antes.
ResponderEliminarLa Luz, el Movimiento, la Mirada... Pura Comunicación y Comunión con la Naturaleza... Aunque sea una Naturaleza Artificial.
ResponderEliminarUn Beso Acuático, Elías.