Pocas veces bienvenido al círculo familiar de que se trate, la principal función o mayor utilidad de esta variedad de parásito en sus dos vertientes (semilla, receptáculo) viene dada como proveedor de vástagos, retoños, pimpollos… que renueven y perpetúen el árbol genealógico de dicho linaje.
En el terreno negativo de la relación (suponiendo que la utilidad citada sea algo positivo, lo que es mucho suponer), hay que situar en primer lugar su pericia y persistencia en dar la matrca con temas insustanciales, añadida, por esto si fuera poco, a su insolvencia casi escandalosa en asuntos pecuniarios.
Cotilla y sablista, según el género, podrían ser dos sinónimos perfectamente aceptables en estos casos.
Supongo que soy un tío con suerte... No de todos mis cuñados puedo decir eso... Ojo, no de todos.
ResponderEliminarSin duda,esta definición te ha salido, especialmente, "sibilina" y "sutil" (guiño cómplice).
ResponderEliminarUn abrazo.
Y como coletilla a esta definición, aquella sentencia popular: "El diablo da sobrinos a quien dios no le da hijos".
ResponderEliminarAbrazos para los dos.
Y barrigones, y con un botellín de Cruzcampo como prolongación de su brazo derecho.
ResponderEliminar¡Cuñaaaaaaaoo!
Cuánta razón llevas, Ridao:
ResponderEliminarlo del botellín, o el chato de tintorro, también es parte intrínseca de semejante especimen.
Abrazo. (Hip)