lunes, 25 de abril de 2011

A revoluçao (37 anhos)



Viagem

Há olhos que só olham o sonho; e, quando
o sonho se dissipa, ficam cegos.

Há pontes por onde não se passa, no inverno,
embora ninguém as guarde: pontes
sem arcos, abstractas como um arco-íris
e frias como a chuva da madrugada.

Un campo de erva que amadurece;
o feitiço fútil dos faróis quando a manhá
limpa as últimas névoas;
um bater de pálpebras como asas:

imagens que lembro

e me restituem os olhos
com que avisto a entrada da cidade.


Viaje

Hay ojos que sólo miran el sueño; y, cuando
el sueño se disipa, se quedan ciegos.

Hay puentes por donde no se pasa, en invierno,
aunque nadie los vigile: puentes
sin arcos, abstractos como un arco iris
y fríos como la lluvia de la madrugada.

Un campo de hierba que crece;
el hechizo útil de los faros cuando la mañana
limpia las últimas nieblas;
un batir de párpados como alas:

imágenes que recuerdo

y me restituyen los ojos
con que contemplo la entrada de la ciudad.

Nuno Júdice
Un canto en la espesura del tiempo (Calambur, 1996)
Versión de José Luis Puerto

2 comentarios:

  1. ¡Ay, la revolución de los claveles! ¡Con qué atención la seguimos desde España, qué envidia y admiración nos causaba aquel derrocamiento del tirano! Al cabo de los años, como tantas otras revoluciones, ésta es sólo otro sueño más malogrado (a la vista está, la situación de un país en bancarrota, y en manos de los mismos de siempre). Nos quedarán los sueños, pero, no sé, con la edad, aprendemos que siempre se acaba por despertar. Salvo en el sueño de la muerte, que tampoco es consuelo.

    Un hermoso poema, dicho sea de paso.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  2. Antonio: yo la celebro todos los años leyendo algún fragmento, algún poema de esa magnífica literatura.
    Tan cerca, tan lejos.

    Abrazo.

    ResponderEliminar