0 -Luder regresa de su habitual paseo por el malecón.
-Estoy confundido- dice-. Cuando me aprestaba a gozar de una nueva puesta de sol, un vagabundo salta la baranda, camina hasta el borde del acantilado, se baja los pantalones y se caga mirando mi crepúsculo.
Eso demuestra la relatividad de nuestras concepciones estéticas.
1 -No te desesperes- le dicen a Luder cuando se lamenta por no haber encontrado la compañera ideal a causa de sus achaques y sus manías-: siempre hay un roto para un descosido.
-Sí, pero yo no soy roto ni descosido: soy un remendado.
2 -¿Has leído su última novela?- le preguntan, refiriéndose a un autor famoso.
-¡Qué musicalidad, qué ritmo, qué riqueza de voces! ¡Es un verdadero oratorio!
-Que lo cante- responde Luder.
3 -Envidian a Luder porque una o dos veces al mes se amanece conversando con un amigo muy inteligente.
-¡Debe ser una conversación apasionante!
-Ni crean. Como ignoramos más de lo que sabemos, lo único que hacemos es canjear fragmentos de nuestra propia tiniebla interior.
4 -Ven con nosotros- le dicen sus amigos. La noche está espléndida, las calles tranquilas. Tenemos entradas para el cine y hasta hemos reservado mesa en un restaurante.
-¡Ah, no!- protesta Luder-. Yo sólo salgo cuando hay un grado, aunque sea mínimo, de incertidumbre.
5 -Se sueña sólo en primera persona y en presente indicativo- dice Luder.
A pesar de ello, el soñador rara vez se ve en sus sueños. Es que no se puede ser mirada y al mismo tiempo objeto de mirada.
Me gusta mucho esta selección de textos, y como en otras ocasiones, voy a picar de este estupendo "cesto de las cerezas" que nos propones con tus elecciones, tan sabias. Nunca me ha decepcionado ninguna de esas cerezas, de las que luego salían enredadas otras, y otras, y otras. Qué buena manera, también ésta, de de ir descubriendo lecturas interesantes. Gracias, Elías.
ResponderEliminarUn abrazo fuerte, ya de vuelta de otro tipo de periplo feliz.