Hace algún tiempo, recibí en mi correo esos "informes" que transcribo a continuación. Me reí un buen rato, entre la estupefacción y el horror.
Así que él tiene la "culpa" de esta entrada y a él se la dedico.
Informes médicos
- No había experimentado rigores ni espasmos, pero su marido afirma que ayer estaba muy caliente en la cama.
- El paciente no tiene historial de suicidios.
- El paciente rechazó la autopsia.
- El paciente afirma que siente un fuerte dolor en el pene que se extiende hasta los pies.
- Resbaló en el hielo y sus piernas fueron en direcciones opuestas a primeros de diciembre.
- Para cuando se le ingresó, su corazón había dejado de latir y se encontraba mucho mejor.
- Al segundo día, la rodilla estaba mucho mejor y al tercero, había desaparecido completamente.
- El paciente se ha dejado los glóbulos blancos en otro hospital.
- La paciente experimenta dolor en el pecho si se tumba de lado izquierdo durante un año.
- El paciente está deprimido desde que comenzó a visitarme, en 1983.
- El historial médico del paciente ha sido insignificante, con un aumento de peso de un kilo durante los últimos tres días.
- La paciente no para de llorar. También parece que está deprimida.
- La paciente dejó el hospital sintiéndose mucho mejor, salvo por sus dolencias originales.
- Sujeto varón de sesenta y nueve años, decrépito pero de aspecto sano. Estado mental activo, pero olvidadizo.
- La paciente expiró en el suelo tranquilamente.
- La piel estaba húmeda y seca.
- El bebé salió, se cortó el cordón umbilical y se le entregó al pediatra, que respiró y lloró de inmediato.
- El examen rectal reveló una tiroides de tamaño normal.
- Afirmó que había sufrido estreñimiento durante casi toda su vida, hasta 1989, cuando se divorció.
- El paciente presenta dolores de cabeza, ocasionales, constantes, infrecuentes.
- El paciente gozaba de buena salud, hasta que su avioneta se quedó sin combustible y se estrelló.
- El examen de los genitales resultó negativo, excepto por el pie derecho.
- El paciente vive con su madre, su padre y una tortuga como mascota, que acude a clases de formación profesional tres veces por semana.
Ahí queda eso.
Sencillamente genial. Yo, por si acaso, no me hago revisar la tiroides de momento...
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias, Elías, por esta publicidad gratuita a, como dirían nuestros abuelos, "mi humilde casa".
ResponderEliminarSobre estos informes médicos, la verdad es que, aun conociéndolos, vuelvo a desternillarme conforme los releo. Hay que ver lo que pueden hacer unas frases mal puestas.
Un fuerte abrazo.
...¡baje el pirata, que llaman!
ResponderEliminarNo se puede uno revisar la tiroides (ni el pie derecho) tranquilo... Entre rodillas que desaparecen y pacientes que expiran tranquilamente, la verdad, dan muchas ganas de llorar mientras te ríes. Uf. Qué miedo da ponerse enfermo, claro que el susto solo nos durará hasta que se nos pare el corazón y nos encontremos mucho mejor. Ostras.
ResponderEliminarHace unos días que sigo tu blog, me encanta.
ResponderEliminarLa entrada es buenísima!!!
Son asombrosas estas producciones de la profesión médica. Yo estaría feliz si tuviera por mascota una tortuga con tanta ambición por superarse.
Un abrazo.
Estoy contigo, Juan Antonio: la tiroides, ni tocarla. Y menos de esa manera.
ResponderEliminarComo decía aquel: "Por detrás, ni el bigote de una gamba".
Abrazo.
Gracias a ti, Antonio.
ResponderEliminarDespués de la "pecha" a reír que me pegué, qué menos.
Abrazo.
Que baje, kynikos, que baje.
ResponderEliminarUn saludo.
Gracias, Antonio, por tu visita.
ResponderEliminarEspero que sigas por aquí.
Un abrazo.
¡Todavía estoy llorando de la risa; genial!
ResponderEliminarAñado otra, de mi amigo J. Campano, médico de Badajoz. Le preguntó a una señora mayor de qué tipo era el dolor que sentía , si "agudo", "sordo", "constante", "intermitente"... Ante tal despliegue de palabras raras, ella lo definió mejor: "Mu joío, hijo, mu joío".
A Elías, y a los comentaristas, que me han hecho reír un montón, os deseo que vuestros dolores no sean mu joíos, sólo un poco.
Besos.
Muy buena la abuela, Isabel: precisión frente a retórica.
ResponderEliminarA saber el diagnóstico que le dio tu amigo a la señora con semejante síntoma.
Besos.
Muy buenos Elías, muy buenos. Un buen rato y una carcajada infinita.
ResponderEliminarGracias y un abrazo.
Si supierais por lo que tienen que pasar los pobres medicos
ResponderEliminarUna entrada genial, de verdad. Me he reído a carcajada. Sí, puedo aceptar que se esté mejor cuando el corazón deja de latir, pero lo de llamar decrépito a ese pobre hombre...
ResponderEliminarOlga: el día que me encuentre la tiroides un pediatra llorón por ese camino, empezaré mi historial de suicidios.
ResponderEliminarPor supuesto, pienso rechazar la autopsia cuando me pregunten.
A menos, claro, que me examinen los genitales empezando por el pie.
¡Madre del amor hermoso,qué miedo me dan!
Gracias a ti, Javier: por todo, ya sabes.
ResponderEliminarMe alegro de haberte provocado la risa.
Abrazo.
yaiza: pero lo cortés no quita lo valiente.
ResponderEliminarUn saludo.
Miguel: ya te digo si dan miedo. Y es que algunos tienen más peligro que un mono con una navaja.
ResponderEliminarA mí me encanta el de los glóbulos blancos en otro hospital.
¡Qué despiste más tonto, ¿no?!
Abrazo.
Tienes un blog muy interesante. Y veo que has publicado ya muchas cosas. Te seguiré. Tus letras me resultan muy cercanas, divertidas y ciertamente críticas.
ResponderEliminarGracias, Olga, por tu visita y comentario. Te espero.
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