sábado, 9 de abril de 2011

Cartel (2)


Cada vez me acuerdo más de aquel cartel -hoy curiosamente desaparecido de todas partes, cuando parece más necesario que nunca- que colgaba como una advertencia ineludible, casi como un dogma de fe, en un lugar destacado de bares, tabernas y comercios en general:
“Hoy no se fía; mañana, sí”. 
Y me acuerdo tanto porque así me va pasando cada vez con más frecuencia con cierto tipo de personas que conozco: que no me fío de ellas. 
Ni hoy, ni mañana, ni nunca.

4 comentarios:

  1. Pues agota menos que te engañen que desconfiar toooooodo el rato. Otra cosa es que, si ya ves lo que ves, te sigas fiando.
    Yo, en principio, me fío. Mañana, no lo sé.

    Abrazos y buen sábado!

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  2. La razón de tu vida Elías, la única razón de la existencia: la libertad radica en el derecho a la desconfianza.

    Un fuerte abrazo.

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  3. No todo el rato, ni con todos, de acuerdo, Olga: pero sí con algunos (y algunas).

    Abrazo.

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  4. Es verdad, Javier; nunca se habla de él, pero ahí está también ese derecho a la desconfianza.
    Al final es aquello tan viejo de que las afinidades son electivas.
    Y elijo a aquellos de quines me fío.

    Abrazo.

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