Se embrutecen sin remedio las sociedades donde van desapareciendo a marchas forzadas esos oficios de siempre (barbero, limpiabotas, sastre…) en los que la conversación sosegada con el cliente era parte implícita del trato.
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El elogio se topa con la vanidad y de semejante encuentro, ¿qué sale?
Sí, efectivamente: estupidez.
Pues sí, cada vez el trato personal, la charla, ocupa un lugar más lejano en nuestro hacer cotidiano. Ahora vamos al super y lo hacemos todo, de prisa, muy de prisa.
ResponderEliminarInteresante frase.
Un afectuoso saludo.
Es como dijo McLuhan consecuencia de la Aldea Global.
ResponderEliminarSaludos