Dos razones, a cual más poderosas, para que quienes pasan el estío en las calles de Madrid -y también los que no, pero quieran también pasar un buen rato entre libros que merecen la pena- dirijan sus pasos esta tarde, a las 20:30 horas, poco más o menos, a la librería Tipos Infames, C/ San Joaquín 3:
1. Conocer personalmente a Jesús Marchamalo, un tipo estupendo -tanto como escritor- con propiedades salutíferas. Y sé de lo que hablo: a mí me alivió sobremanera una gastroenteritis el día que lo conocí, con la magia de su conversación adobada de risas e instantánea complicidad.
2. Haceros con un ejemplar de ese Cortázar y los libros (Fórcola Ediciones) recién salido de su pluma, y que hoy se "pone de largo" y se "presenta en sociedad", como antes se decía de las chicas casaderas. Cosa que yo haré en cuanto pueda. Conseguir el libro, digo, no casarme, que ya lo estoy.
Y tampoco es cuestión de incurrir en bigamia, que me he enterado de que es un delito.
A buen seguro que, como en sus anteriores entregas dadas a la imprenta -desde Bocadillos de delfín, (anuncios y vida cotidiana en la posguerra española) hasta Tocar los libros, pasando por La tienda de palabras, Las bibliotecas perdidas, 39 escritores y medio o No hay adverbio que te venga bien, entre otros-, ningún lector saldrá defraudado de la lectura de este libro, sino todo lo contrario.
Un libro que por lo que sé de él sin haberlo leído aún es un paseo que Jesús, entre pasmado y curioso, entre impertinente y enamorado, se ha permitido por la biblioteca personal del gran autor argentino, depositada por su viuda, Aurora Bernárdez, en la Fundación Juan March.
Conferenciante, articulista, divulgador, gestor cultural, Jesús, a la vista está por estos títulos, es un enamorado de los libros y la palabra, de los escritores y las bibliotecas.
Y toda su obra literaria y periodística es un hermoso y fiel reflejo de esa pasión que cultiva con talento.
Lo de las “propiedades salutíferas” lo dejo un poco en reserva; porque es evidente que él mismo es un “enfermo” de la letra impresa.
Y como el médico que se trata a sí mismo de alguna dolencia, la cura se presenta cuando menos complicada.
También tiene no poco estilo con un arco entre las manos.
Imagen Jesús Marchamalo: Karina Beltrán
Ya me gustaría a mí estar allí y saber más de Cortázar, uno de mis maestros.
ResponderEliminarHasta pronto.
Jo, sería un perfecto regalo para mi hija que ha sacado todo sobresalientes y adora Cortázar. A ver si lo consigo. Gracias, Elías.
ResponderEliminarUn besazo.
Gracias Elías por la invitación, aunque no me se a posible ir (sería estupendo). A mí también me encanta Marchamalo. He leído Las bibliotecas perdidas y las semblanzas sobre escritores y éste de ahora tiene buena pinta, empezando por la belleza de la presentación. El otro día lo tuve en la mano; cualquier día cae.
ResponderEliminarGracias, Elías.
ResponderEliminarPor tus palabras; adjetivos, sustantivos y adverbios, preposiciones, virgulillasl y acentos, la foto de Cortázar fumando, y la tinta de color lila.
Abrazo fuerte.