(Poema, o así, erótico-festivo)
¿Dónde he puesto la maleta,
donde estará? Ay, qué coño.
Ya voy estando hasta el moño
de bragas y camisetas.
Ah, mírala la hideputa,
escondida en el rincón:
ven con papá, corazón,
que no sé de qué tienes miedo;
si vamos a hacer la ruta.
Tienes razón, ya lo sé;
yo tampoco tengo ganas:
pero a ver quién le dice a la Irene
que nos quedamos en casa
con la ilusión que ella tiene.
Si se ha comprao unos trapillos,
más bonitos que la leche.
Déjame que me aproveche,
que voy a ver si la pillo.
Y tanta ropa ¿pa qué?
¿Pa qué quieres tanta muda
si estás más guapa desnuda?
Desnuda es que estás fetén.
Pues pensando en el viaje
que hay hasta estas montunas,
se me ocurrió la tontuna
de echar en la maleta un traje.
¿Pa qué lo eché? No lo sé;
Si no me lo pongo nunca:
me hace la figura trunca,
estoy seguro, doy fe.
Y que siempre falta algo
en la jodida valija:
o algo para las hijas
o algo para este hidalgo.
En cuanto a ella, no falla:
si no es un sujetador,
-el que le queda mejor-,
siempre mete una toalla.
¿Y pa qué querrá la toalla
si en los sitios donde vamos,
sea invierno, sea verano,
ese trapo nunca falla.
¿Has echao el desodorante,
los cepillos, las pastillas…?
Que sí, que hoy no me pillas
como me pillaste antes.
¿Has cogido los billetes,
los carnés y las tarjetas?
Que sí, no me seas paleta,
ni me pongas en un brete.
Y de ella ya no hablemos:
porque no sabes tú bien
lo que es estar ten con ten;
si parecemos dos memos:
ahora, ponte el calzoncillo,
ahora, ven, que te lo quito,
huy, qué pito más bonito,
ven con mamita, amorcillo.
Pues anda que tú, gacela:
no te pongas ese tanga
que se me enciende la alarma
y se me prende la vela.
Que no te lo pongas, que no,
que vamos a echar más tiempo
en largarnos de la casa
que en llegar hasta el hotel,
y luego, a saber qué pasa.
Pero ya que te lo has puesto
y la cosa está que arde,
antes de que sea más tarde
vamos a regar el tiesto.
Con lo suyo no hay error:
ella venga a echar vestidos,
blusas, pendientes, collares,
zapatitos de tacón.
Tú guardas los dos cositas
que te hacen ilusión:
tu sombrero, tu bastón
y otra cosita riquita.
Pero llegas al destino,
bajas las cosas del coche
y sea de día, sea de noche,
se produce el desatino.
Parece cosa de brujos:
porque tú abres las maleta
y apartas las camisetas,
con toa la ilusión del mundo.
Mas no hay ná que hacer, Facundo:
ya no encuentras el orujo.
¿Que habrá pasao, me pregunto,
pa que el rico destilado,
se me haya extraviado
si yo no he abierto el bulto?
No te lo tomes a mal,
pero Irenita, cariño,
¿no habrás visto tú a mi niño?;
es que lo echo a faltar.
A mí no me metas rollos:
eso era cosa tuya.
Y no me des más la bulla,
que no está el horno pa bollos.
Vaya mierda habitación.
Mira que baño, mira.
¿Pero has visto esas cortinas?
¿Y esto es a tó confort?
Nos han engañao, Facundo:
En internet, mu bonito,
vistas al mar, soleadito,
la mejor vista del mundo.
¡Si hasta hay una obra
enfrente de la ventana!
Pues nos ha salío rana.
Claro, que pa lo que cobran…
Mejor nos vamos a la cama.
Pero vamos a dormir,
que yo estoy muerta de sueño:
así que ese caliqueño
que estás pensando, ni en sueños.
Jejeje... Muy simpático y ocurrente. Cuántos sueños habrán quedado encerrados en la maleta.
ResponderEliminarSaludos y hasta la vuelta.
jjajjajajjjjajaajja estoy atacá de la risa!! y es que lo he leído en voz alta y con ese dejo peculiar con que está escrito y cada vez soltaba mas y mas la risa...
ResponderEliminarUn beso y si has hecho maletas, que disfrutes del veramo..
¡Ay, Elías, me he partido de la risa con todas esas cosas tan reconocibles y dichas con tanto salero! Las acabo de leer casi preparando la maleta otra vez; me aliviarán un poco el regreso y el dejar en estos verdes increíbles una parte de mi corazón.
ResponderEliminarYo os deseo a Lali y a ti que pronto hagáis una alegre maleta para descansar en Portugal. Un abrazo grande a los dos.
Divertido y refrescante. A día de hoy, con la que está cayendo,¡que más se puede pedir!
ResponderEliminarSaludo.
Gracias a todas por vuestras risas.
ResponderEliminarNada más -y nada menos- que eso era lo que pretendía con este romance (o así) erótico-festivo.
Besos.