Hermoso texto para esta, no menos bella, fotografía.
Por los motivos de la jarrita (la mujer y el ramo que se observan) me atrevería a decir que es cerámica talaverana, de un tipo que hay en tonos azules y ocres y que comercializó particularmente un alfar cerrado hace años, La Menora. Claro, que al verlo en blanco y negro, es hablar por hablar. En cualquier caso, me lo ha recordado. Por supuesto, la imagen de la chica, impresionante.
Me he quedado con la boca abierta ante esta imagen y comienzo de diálogo que a su pie has puesto. Me he permitido escribirte, Elías, las palabras de amor que siempre hubieras deseado descifrar para ti al mirar este retrato. Léelas en la entrada de mi blog que te dedico. No sabes lo que te agradezco lo que con esta entrada he aprendido.
Elías Moro (Madrid, "cosecha" del 59). Jugaba al baloncesto. Ahora quiere a sus mujeres (4) y a sus amigos, lee lo que le dejan, escribe como puede, baila salsa (aunque lo que le gusta de verdad es el tango). Algún enemigo tendrá también por ahí, no voy a decir que no. Estado actual: escéptico.
TESTIGOS DE CARGO
"Cuando escribes te manchas de ti mismo". Tomás Sánchez Santiago Foto de Guillermo Gallego
Hermoso texto para esta, no menos bella, fotografía.
ResponderEliminarPor los motivos de la jarrita (la mujer y el ramo que se observan) me atrevería a decir que es cerámica talaverana, de un tipo que hay en tonos azules y ocres y que comercializó particularmente un alfar cerrado hace años, La Menora. Claro, que al verlo en blanco y negro, es hablar por hablar. En cualquier caso, me lo ha recordado. Por supuesto, la imagen de la chica, impresionante.
Un abrazo.
Me he quedado con la boca abierta ante esta imagen y comienzo de diálogo que a su pie has puesto. Me he permitido escribirte, Elías, las palabras de amor que siempre hubieras deseado descifrar para ti al mirar este retrato. Léelas en la entrada de mi blog que te dedico. No sabes lo que te agradezco lo que con esta entrada he aprendido.
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