domingo, 27 de marzo de 2011

Balance semanal


Esta semana que acaba ha sido hermosamente intensa para mí, plena de amistad y alegrías:

He hablado con Jordi Doce, poeta, ensayista, traductor... quien me anuncia el envío de su último libro, Perros en la playa, editado magníficamente por La Oficina, y que ya espero con impaciencia y relamiéndome de antemano.

Con Olga Bernad, dándonos ánimos mutuamente, como buenos asténicos primaverales.

Con Antón Castro, con quien he velado fotografías y paseado en bicicleta por su espléndida literatura, y en cuyo magnífico blog he encontrado acomodo y calor en múltiples ocasiones.



Con Javier Sánchez Menéndez, que cada día que pasa me demuestra su amistad con gestos discretos que uno atesora en el alma. Está a punto de sacar, después de 15 años de silencio poético, Una aproximación al desconcierto en SimLibros. Le he prometido una carta manuscrita, al modo antiguo, porque sé que gusta mucho de ellas.

Con José Luis Melero, un espléndido bibliófilo, autor de un volumen, La vida de los libros (Ed. Xordica) que os recomiendo vivamente.

Con Chema Cumbreño, anhelante de recibir sus ejemplares de Genealogías, recién publicado por Luces de Gálibo, una estupenda editorial dirigida por Ferrán Fernández con un cuidado diseño en sus libros.

Con Antonio Rivero Taravillo, irlandés de Melilla, justo antes de marcharse a la tertulia sevillana de “Los Mercuriales”, y a quien he encargado algunos libros de su Parentésis: dos de José Manuel Benítez Ariza (Vacaciones de invierno y Vida nueva) y otro de Álvaro Cunqueiro (Las historias gallegas). Antonio acaba de publicar Afán de permanencia, una selección de entradas de su blog en la colección "Álogos" de La Isla de Siltolá.



Juan Antonio González Romano, como regalo añadido en su suculenta crónica, y ante su selecta y revoltosa concurrencia, lee un poema sobre sus hijas donde me cita con mucho cariño.

Como hermoso colofón a la semana, ayer estuve en Salamanca (después de casi veinte años), leyendo mis textos y poemas en un encuentro con el Club de Lectura de la Biblioteca “Torrente Ballester”, invitado por su directora, Isabel Sánchez, de peligrosa sonrisa, a quien ¡por fin!, después de tres años de llamadas telefónicas, correos electrónicos y envío de libros en ambas direcciones, pude conocer en persona. Estuve como en casa: los componentes del club (Paqui, Isabel, Sara, Jesús, Manolo…) así me hicieron sentir. Fue, más que una lectura al uso, una amable conversación -con inteligentes preguntas que en más de una ocasión me pusieron en un brete- en la que estoy seguro, yo aprendí bastante más que ellos. Me traje de regalo unos catálogos -"El placer de leer"- donde se aúnan de manera espléndida fotografías y textos alusivos al placer de la lectura.

Gracias a todos por vuestra magnífica acogida.
Gracias, Isabel, por tu confianza y cariño.

Para rematar esta semana feliz, llego a casa, abro el ordenador y me encuentro con esto de mi amigo Jesús Marchamalo.



Y hoy es domingo, y dudo que la semana que entra pueda superar a ésta en alegrías.

Soy un tipo con suerte.

9 comentarios:

  1. En qué excelente compañía me dejas, Elías. El viernes, en la tertulia, hice entrega el abrazo urbi et orbe que me encomendaste, que fue cogido muy cariñosamente. Y gracias por hacerte eco de mis cosas.

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  2. Elías, no se trata de suerte. Sólo aquel que siembra puede recoger. Celebro tus éxitos y tus alegrías.

    Un abrazo.

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  3. Gracias por la mención. En efecto, leí en la tertulia "Los Mercuriales" el poema en el que apareces y Antonio aprovechó para entregarnos tu abrazo. A ver cuándo los astros te permiten acudir a una de las veladas mercuriales.
    Un abrazo y enhorabuena por todo.

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  4. Gracias, "Antonios".
    ¿Qué sería de la vida sin amigos?
    Un fuerte abrazo para ambos.

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  5. Gracais, Juan Antonio.
    Como dices, a ver cuando los astros se nos muestran favorables para ese nuevo encuentro.
    Hago votos por ello.

    Abrazo.

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  6. ¡Qué arte tienes Elías! Ya espero la carta.

    Un abrazo.

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  7. Ya va de camino la epístola, Javier.
    Pero vamos, no te vayas a creer...

    Abrazo.

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  8. Más suerte tuvimos nosotras. Poder conocerte, escucharte, y compartir contigo risas, charlas y versos.
    Un fuerte abrazo de todo el Club de lectura de la Torrente

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  9. Me repito, pero fue así, Isabel; me sentí como en casa en vuestra compañía.
    Gracias de nuevo.

    Abrazos para todos.

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