Bricolaje. Con múltiples y, en muchos casos, aterradoras herramientas y utensilios de por medio, penosa actividad manual concebida por una mente criminal, a consecuencia de la cual sus practicantes suelen caer en el más espantoso de los ridículos con respecto a variadas profesiones u oficios manuales.
Locura transitoria y recurrente que afecta principalmente a varones de edad intermedia que adquieren un adosado, con la consiguiente hipoteca cuasi vitalicia, cuando no hereditaria para los deudos, en una urbanización de las afueras.
Una cosa es el cuñado dispuesto a arreglarte una pìeza del coche o a montar un mueble nuevo y otra el vecino que cubre su horror vacui fabricando casetas de perros a diario que le justifican de su miedo a sí mismo, la lectura o ver una película o el reposo de la conversación con los suyos. Los adosados, como la obesidad -salvo excepción-, no surgen sin vocacionales de entregarse a ello... Hace falta romper el círculo de convenciones artificiales y empezar a ser libre (replantear toda la alimentación que recibimos, la necesidad de las vacunas, el consumo desaforado de medicamentos, las costumbres tribales, familiares, individuales, las modas impuestas por la tele, la supuesta verdad -y trivialidad- de lo que se nos cuenta...la degradación de la educación de hoy, la fiebre actual a las prohibiciones... En fin, ¿hacemos una lista o hacemos bricolaje?
ResponderEliminarUn abrazo con humor, Elías y gracias por todo.
(Por cierto, mi coche -y tiene 15 añitos- sigue poniéndose solito a 120 o 130 h, está hecho un roble. ¡Qué cosas!)
Coincido con la definición. Yo, en mi caso, añadiría: "Tarea para la cual soy especialmente negado."
ResponderEliminarVeo que el diccionario crece, siempre en dirección a la ironía y el sentido del humor. Me gusta.
Un abrazo.
Mea culpa, Carlos:
ResponderEliminarme acuso de ser -o de haber sido, stricto sensu-, uno de esos "bricolajeros".
Habrá que tomárselo, sí, con humor.
Pdta: mis cuñaos, excepto uno, son unos negaos para estas cosas.
Abrazo.
Pues sí, Antonio, el diccionario sigue, aunque a paso lento, erre que te erre.
ResponderEliminarY espero seguir en esa dirección que dices, la del humor y la ironía.
Otro para ti.
Cuando vengas a Cáceres te voy a enseñar el taller mío, Elías. Restauro mueble antiguo, trabajo con todo tipo de maderas; tapizo todo tipo de asientos, sillas, sillones, descalzadoras, oigaaaa...! En mi propio domicilio. Pues sí, las cuñadas podemos ser también la chufla de la familia.
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