REGRESO AL CEMENTERIO ALEMÁN
La lápida de bronce de la entrada
advierte al paseante que ahora llega
respeto y humildad para los muertos.
No así para la muerte que truncara
la vida de estos jóvenes que duermen
el sueño de otra edad bajo las tumbas
que marcan cruces grises en la tierra.
Ciento ochenta soldados alemanes
que cayeron al mar cuando volaban
por el cielo sublime de los héroes,
o cuyos submarinos naufragaron
en las aguas sin fondo de los himnos,
o que fueron vencidos bajo el fuego
que arde en cualquier campo de batalla.
No hay pena ni perdón para muchachos
que a destiempo cruzaron la frontera
que separa la vida de la muerte.
Les gustará, sin duda, de saberlo,
que sus cuerpos descansan en un sitio
tan acorde a los dioses y a los hombres.
Un lugar rodeado de paredes de piedra,
a la sombra liviana de los recios olivos,
con túmulos dispuestos en un bancal con vistas
a un paisaje que evoca el infinito.
Respeto y humildad para los muertos,
mas, no, nunca jamás, para la muerte.
Álvaro Valverde (Desde fuera)
Imagen: Salvador Retana
Coda:
Con este magnífico poema, llega a su término la serie dedicada al Cementerio Alemán de Yuste.
Gracias a todos los poetas y fotógrafos que han cedido sus obras para que esta serie sobre tan emblemático lugar tuviera cabida en esta bitácora.
Excelente forma de cerrar el ciclo. Ya solo queda verlo y tocarlo publicado en libro. ¡Ánimo y a ello! Creo que merecería la pena.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ojalá pueda ser como dices, Antonio: lo de ver esta serie de poemas en libro.
ResponderEliminarSe hará lo que se pueda.
Un abrazo.