Efímeras como las huellas
de un perro en la playa,
obstinadas como los cantos
de las aves multiformes en la jungla,
inmutables como la roca roja
del desierto en Australia
-imán divino para los aborígenes-,
tu voz y tu mirada en el adiós.
(Inédito)
Gracias a Isabel Sánchez -por la imagen de su hijo Jesús Gáchez-, y a Jordi Doce -por su rastro evidente en uno de los versos-.
Jara, Ema y Sarah. Primas y buenas amigas, en la playa de Oeiras (Portugal), en un día brillante de casi tormenta atlántica.
ResponderEliminarMe gusta verlas aquí y me gusta -mucho- el poema que acompaña ese momento. Gracias Elías.
Por cierto, la foto es de mi hijo Jesús, que hace esas imágenes tan preciosas con su cámara.
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