32. No, mi perro no es de raza, es de los que llaman mil leches pero es muy simpático y tiene mucho sex appeal. Hasta las gatas del barrio le arrastran el culo. Además le gusta comer queso con uvas, yo creo que porque tiene algo de perro bíblico o santo. Eso sí, a la iglesia no lo llevo nunca porque no lo dejan entrar. Yo entro porque parezco humano.
(Paseando el perro en el Parque Retiro de Madrid)
33. Yo estoy aquí por Picasso. Ni siquiera por Picasso, por el Guernica. No sé por qué empecé un día a contarle los grises y no paro; ya llevo 127 y me parece que voy por la mitad o menos. Vengo todos los días menos los lunes que aprovecho para organizarme. Cuando termine, si termino, sabré más de pintura que un obispo. Bueno, no sé por qué han de saber de pintura los obispos. Uno que fue amante de mi madre cuando quedó viuda sí que sabía. A mí me quiso abrir la amapola de Cézanne. ¿Sabe a que me refiero, no ?
(Un domingo de mañana en el patio del Museo Reina Sofía)
34. A mí también me dijeron que Vivaldi no había compuesto cuatrocientos conciertos sino el mismo concierto cuatrocientas veces. Así es, les contesté, todos los japoneses son iguales.
(En el auditorio de la Fundación March durante un intervalo)
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