Grémilo
No hay un ser más
extraño en toda Maralva que el grémilo. Primero es una piedra azul que echa
raíces y de la que brota un tallo vegetal; cuando florece la planta, de la
corola nace una nueva piedra azul. Las ramas, al principio leñosas, van
transformando la savia en sangre al tiempo que toman forma animal. Este animal,
ya crecido, se desgaja de la planta y vive de manera autónoma, aunque
mantiene, naciéndole del cráneo, una rama con flor mineral. Finalmente, de su
interior nacen pájaros que tienden hacia cualquiera de los tres reinos, según
los casos. Por si todo esto fuera poco, un misterio más lo envuelve: nadie ha
visto nunca un grémilo muerto.
Texto e imagen: Javier Alcaíns
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