Unas tachuelas en el
asfalto, un neumático que revienta en la noche del extrarradio, una calle poco
iluminada…
Cayó como un pardillo.
Distraído como estaba
con la avería, aquello fue coser y cantar: le partí la crisma a la primera con
la llave de las ruedas.
Ya va a dejar de
pasearse por aquí restregándonos su arrogancia alemana de trescientos caballos
y asientos de cuero.
Pa chulo yo, que decía el otro. Sigues con el punto de mira igual de bien afinado.
ResponderEliminarAbrazos.
Eso, que se vaya a su barrio a competir.
ResponderEliminarDía del Trabajo, que vuelva el espíritu de esta celebración.
Saludos