Para Miguel Mena,
ciclista, escritor, fotógrafo.
Me acuerdo de que las bicis tenían guardabarros, aguaderas, cintitas de colores colgando del manillar, faro y dinamo.
Ahora parece que sufran de anemia.
Me acuerdo de que a Bahamontes, aquel ciclista de leyenda, le apodaban El Águila de Toledo.
Y de que la primera vez que fui a esa ciudad, me pasé todo el rato mirando hacia el cielo sin conseguir ver ninguna, perplejo ante la mentira.
Me acuerdo de que cuando se inventaron el helicóptero, la bicicleta y la fotografía se llamaban, respectivamente, autogiro, velocípedo y daguerrotipo.
No sé; a mí me parece que hemos salido perdiendo con el cambio.
Foto Miguel Mena: Vicente Almazán
Fíjate que el mercado te da la razón. Una bici de esas estilo antiguo vale hoy un pastón comparada con una de esas anoréxicas que citas.
ResponderEliminarUn abrazo.
Esa pedazo de dinamo, esos muelles, esos guardabarros, esas italianas macizorras con el culo rebosando del sillín...
ResponderEliminarEn Sevilla había una fábrica de bicicletas cerca de San Jerónimo, y no logro acordarme de la merca. Fernando, ¿te acuerdas?
Dos abrazos con dos ruedas y una carta metida entre los radios.
Que el "mercado" me dé la razón, Fernando, no es nada tranquilizador. Como pa fiarse de él.
ResponderEliminar¿Por qué italianas en concreto, Ridao? ¿Hubo algo por ahí? Cuenta, cuenta.
Un sprint de abrazos.