Zapatos
Nacimos el mismo día, tenemos idéntico color de piel, somos iguales hasta el último detalle, y sin embargo… ¡somos tan distintos!
Como es un cabeza hueca a él le encanta salir por ahí de jarana, que lo saquen a diario de paseo, pisotear alegremente parques, terrazas, avenidas... Y luego, claro, llega como llega, hecho un desastre, lleno de suciedad y barro, con colillas y chicles pegados a la suela (que luego no hay quien los quite) cuando no apestando a pis de gato o caca de perro.
A mí, en cambio, me gusta más quedarme tranquilito en casa, de charla con mis otros colegas, bien a salvo de esas marranadas.
Tenemos nuestras buenas discusiones a cuenta de eso, porque siendo gemelos pareciera que siempre tengamos que ir juntos a todos lados, nos guste o no.
Podemos pasar horas porfiando sobre el asunto sin ponernos nunca de acuerdo, sin dar nuestro brazo a torcer.
Cuando estamos enfadados él mira hacia la derecha, yo hacia la izquierda.
Disputas y rencillas inútiles que quedan zanjadas de cuajo en cuanto llega ese tipo, nos calza a cada uno en su pie correspondiente y nos lleva a donde le da la real gana sin pedirnos opinión ni nada.
Como la vida misma.
ResponderEliminarSaludos
¿Esos no son unos Gorila? Madre mía, qué recuerdos.
ResponderEliminarPor cierto, hay matrimonio que parecen un par de zapatos, se llevan fatal pero van siempre juntos.
Un abrazo.
Great Post!!!!!!!
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