Ayer me enteré de la noticia de la muerte de Wislawa Szymborska. Hay veces en que el premio Nobel acierta, y descubre para todos un tesoro que estaba oculto: así sucedió en mi caso con esta poeta polaca con un universo propio y desconocido hasta ese momento.
Su poesía -la antología Paisaje con grano de arena, publicada por Lumen- me ha acompañado desde entonces en muchas de esas ocasiones en que la poesía te llama a su lado para enseñarte su misterio sin que puedas negarle tu aquiescencia y gratitud.
No se me ocurre otro homenaje que transcribir aquí uno de sus poemas, flor en la lápida de una ausencia que empobrece al mundo:
Alabanza de los sueños
En sueños
pinto como Vermeer van Delft.
Hablo griego con fluidez
y no sólo con los vivos.
Conduzco un coche
que me obedece.
Poseo talento
y escribo grandes poemas.
Oigo voces
no peor que los venerables santos.
Mis dotes pianísticas
os dejarían boquiabiertos.
Revoloteo como es debido,
es decir, por propio impulso.
Me precipito desde el tejado
y sé caer, suave, en el verdor.
No tengo problemas
para respirar bajo el agua.
No puedo quejarme:
he descubierto la Atlántida.
Por suerte sé despertar siempre
antes de morir.
En cuanto una guerra estalla
me vuelvo del otro lado.
Soy hija de mi época
pero no por obligación.
Hace un par de años
vi dos soles.
Y, anteayer, un pingüino.
Con meridiana claridad.
(De Acaso, 1972)
Tal vez la visión de las cosas nos permite ver de otro modo la realidad. Es evidente la ausencia que quien ya no está, pero su obra ha enriquecido lo que somos. Y ellos perviven en este boca a boca de lo que admiramos de ellos. Fuera de esa inquietud, el frío.
ResponderEliminarYo que trabajo en secundaria, cada vez importan menos estas referencias culturales hacia todo. Eso sí, llaman calidad de enseñanza a la presión del sistema educativo a que aprobemos con los ojos cerrados a una tropa cada vez más cercana a la vulgaridad y al analfabetismo. ¡Qué bien! Continuamos con la caída libre.
Carlos, yo creo que tenemos que actuar como "resistentes" u "objetores de conciencia" -obstinados, irreductibles- ante las presiones que nos parezcan absurdas. Somos muchos los que a menudo suscribiríamos eso que acabas de anotar; somos muchos afines, lo cual tiene que darnos también fuerzas para no dudar de nuestra actuación diaria. Y fuerzas para no aceptar que pasen sobre cada uno de nosotros un troquel pequeño que deja fuera nuestra cabeza. Ya quisieran, ya... Un abrazo afectuoso
EliminarUn rayo de sol entre el frío que me invade ahora... gran pérdida, pero grandes recuerdos en forma de poesía tendremos de ella.
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