Espantapájaros. Ridículo tentetieso campestre, inútil para desempeñar con la eficacia debida la función que su nombre indica y para lo que fue creado.
Algunos eminentes ornitólogos sostienen en firme la pasmosa teoría de que ciertas especies de aves -más en concreto, las granívoras y/o frugívoras- están evolucionando sus trinos y gorjeos hacia un sonido similar a la risa con el único objeto de carcajearse de ellos a sus anchas.
Fuera del ámbito bucólico, político sorprendido en una arenga mitinera en el momento álgido de prometer lo que no tiene ninguna intención de cumplir una vez salga elegido gracias a la credulidad de los votantes que se traguen sus patrañas.
Religioso, también sorprendido, en el gesto de bendecir urbi et orbe a los fieles de su parroquia. Postura ésta muy utilizada por los artesanos de la imaginería y la pintura para representar santos y beatos, tan polícromos ellos.
Tal vez sea completamente inútil y no cumpla la función que le da nombre, pero, entonces ¿por qué mi corazón da un vuelco de alegría cuando me encuentro con uno? Tengo que pensar en esto.
ResponderEliminarMe alegra “verte” de nuevo.
Me emcanta este diccionario. Y no sólo por ser un escéptico.
ResponderEliminarestupendo texto. me gusta tu sentido del humor.
ResponderEliminarsaludos.
Es verdad, Mercedes, es una curiosa sensación -no sé si alegría en micaso- la que se siente cuando topamos con alguno.
ResponderEliminarYo también me alegro de verte por aquí.
Abrazo.
Me encanta que te encante, Jesús.
ResponderEliminaryome lo estoy apsando "pipa" con él.
Permanezca atento a su pantalla: habrá más.
Abrazo.
Gracias, Diana, por tus palabras. Lo del sentido del humor era una de las metas.
ResponderEliminarMe alegra que así lo sientas.
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Gracias por tu visita.
Abrazo.