Milonga (1950)
Música: Juan Carlos Caccaviello
Letra: José Alfredo Fernández
Con el lungo Pantaleón,
Pepino y el Loco Juan,
el Peludo Santillán,
Tito y el Chueco Ramón
salimos con la intención
de ir a un bailongo fulero
a beneficio de un reo
que se hallaba engayolao
en Devoto, y acusao
por asuntos del choreo.
Resulta que el loco es de buena familia,
pero tiene un inconveniente el hombre:
es coleccionista de gallinas.
Al buffet por la bebida
fui yo, Tito y el Peludo,
que ya estaba medio mudo
de la curda que tenía.
Pero allí encontré una cría
chupando que daba gusto;
estaba el guitarrero Augusto,
Gatillo, el cortao Potranca,
y el Sordo tenía una tranca
que de verlo daba susto.
Este amigo siempre borracho.
¡Y pensar que nació en La Martona, el loco!
En el ambiente de minas
estaban las de Mendieta,
con la flaca Pañoleta,
la Paja Brava y la China,
Pichuta la golondrina,
la mechera Encarnación,
la gorda del corralón,
Sarita de la cortada,
la grela de Puñalada
y la parda 'el callejón.
Era un ambiente bastante,
bastante somería, el ambiente.
Entre el baile meta y ponga
que era brava la negrada,
y entre cortes y quebradas
se mandaban la milonga.
Una negra media conga,
bailando con un chabón,
le dio al Loco un pisotón
propiamente en el juanete...
Si Santillán no se mete
el Loco, el Loco le da un piñón.
Pero hay que ver amigo, siempre le pisan el juanete al Loco.
También, si el Loco tiene un juanete que parece una milanesa.
Pero el chabón muy careta
al Loco le dio un sopapo,
cayó el Loco como un sapo
haciendo sonar la jeta.
Intervino Pañoleta
para aliviar la cuestión,
el chabón para un rincón
se las quería picar,
pero lo hizo sonar
de un tortazo Pantaleón.
Pronto se armó la podrida,
piña, trompada, tortazo,
Santillán tiró un balazo
con un chumbo que traía;
toda la gente corría,
quedó la casa pelada.
Pa' terminar la velada
yo me chorié un bandoneón,
un piloto Pantaleón,
y el Loco la jeta hinchada.
Ver aquí
Toda una historia en esta hermosa canción. No me extraña cómo terminó la milonga.
ResponderEliminarUn abrazo.
Qué tendrán las milongas y los tangos, que lo atrapan a uno: cuentos completos en unas decenas de versos, con esa cadencia propia y ese ambiente de de arrabal y malevaje.
ResponderEliminarÉsta no la conocía, y está muy bien. Gracias por acercarla.
Un abrazo.
Mercedes: las letras de tangos y milongas siempre tienen detrás historias interesantes en variados registros.
ResponderEliminarHabrá más, muchas más, en esta ventana.
Un abrazo.
El tango y su misterio, Antonio.
ResponderEliminarUna "noche toledana" ésta, como suele decirse.
Vaya tropa.
Y menos mal que el baile era "a beneficio".
Un abrazo.