Hoy, ocho de mayo, se celebra el sexagésimo quinto aniversario del final de la Segunda Guerra Mundial en Europa. Sesenta millones de muertos. La más terrible guerra en la historia de la humanidad, fruto de políticos megalómanos y políticos pusilánimes que no supieron dar un puñetazo en la mesa cuando tuvieron la ocasión.
Que no aprendimos nada de aquella catástrofe mundial, me parece evidente; el final de la misma, en contra de lo que la razón aconsejaba, dividió el mundo en bloques antagónicos que se mantuvieron en guerra permanente durante otros cuarenta y cuatro años, hasta la caída del Muro de Berlín.
Item más; yo creo que sus secuelas aún perduran, que aún seguimos en guerra en buena parte del mundo.
De que aquello no vuelva a repetirse todos somos responsables.
Me acuerdo de la batalla de Gallipoli, de Waterloo, de Stalingrado, de la sinrazón de los ejércitos.
Matanzas (sigloXX)
Armenia, Verdún, España, Stalingrado, Vietnam, Camboya, Srebenica, Ruanda…
Basta, basta; estoy lleno de sangre.
Todos tenemos la responsabilidad que esa gran tragedia jamas se repita y para ello debemos alertar la memoria para que no se produzca el olvido
ResponderEliminarElías:
ResponderEliminarQue no hemos aprendido nada, como bien dices, me resulta evidente. Mientras los países y los hombres se muevan por intereses espurios, y se dé más importancia al precio que al valor, las guerras serán una parte más (y muy importante) de un negocio que no le importa mercadear con las vidas y el dolor humanos.
Ese grito tuyo final, lo resume todo: "estoy [estamos] lleno[s] de sangre".
Nos queda la Poesía, pero, algunas veces, parece tan poca cosa...
Un abrazo.