miércoles, 31 de agosto de 2011

5 fragmentos


Sobre los pedazos irregulares y dispersos, tirados por el suelo, de un espejo roto, y proyectada nuestra imagen en sus múltiples superficies; acaso fuera esa la mejor manera, la más apropiada, al menos, de contemplar en verdad cómo somos, de comprobar de manera palmaria nuestra exacta presencia en el mundo: frágil, fragmentaria, fugaz.


Una vez, en mi lejana juventud, creí estar cerca de la verdad. Pero me pareció tan improbable, tan inaudito y arbitrario, que atribuí esa sensación a la soberbia de la poca edad.
La juventud es soberbia porque tiene mucho tiempo por delante. O eso cree.


¡Son tantos los libros y películas -como cajas chinas, como matrioscas rusas-, donde la primera idea, la trama, el asunto clave se van empequeñeciendo, y empobreciendo, capítulo a capítulo, secuencia a secuencia hasta hacerse invisibles e incomprensibles a ojos del que mira, del que lee!


Hablamos de soledad absoluta porque no contamos a, o con, nuestros fantasmas.
Tal vez porque si lo hiciéramos, nos parecería estar en el centro mismo de una muchedumbre furiosa y a punto de aplastarnos como justo castigo a nuestros pecados.


Acabo de darme cuenta de que por mucho que escriba, nunca escribiré el libro que tengo en la cabeza.
Pero esto no es cierto; esto ya lo sabía de antiguo.
En realidad, de lo que acabo de darme cuenta es que es la primera vez que escribo esto. Acaso para tenerlo presente cuando las demás cosas se me empiecen a olvidar.

5 comentarios:

  1. Acabas de escribir ese libro, un libro genial, profundo y revelador. No todos los grandes libros tienen muchas páginas.
    Fascinada me voy.
    Hasta la próxima.

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  2. No recuerdo quién dijo que la auténtica y gran novela sería la propia vida del que la escribe, claro que sólo puede ser escrita en primera persona, de ahí la dificultad de la cosa al tenerle que poner fin.
    Mientras tanto los escritores vais dando claves para esta existencia nuestra, con el entusiasmo, el oficio y la buena letra.
    Como soy buena lectora, lo agradezco mucho.

    Saludos

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  3. No será el libro que tiene en su mente, pero es un texto genial, rico, profundo y que hace esperar su continuación.
    Reciba mis saludos.

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  4. Muchas gracias a los tres por vuestros comentarios a estos fragmentos.
    Sigo buscando la manera de escribir ese libro.

    Saludos.

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  5. Yo también creo que nunca, nunca se escribe el libro que llevamos dentro (imposible verterse al completo), pero por algunos trocitos merece la pena el intento.

    Otro beso, Elías.

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