¿Sabríamos qué hacer si supiéramos qué pasa?
Entre el paréntesis cartilaginoso de las orejas, sobre la simetría de los hombros y la breve columna del cuello, adornada buenamente con los ojos y las fosas nasales y en contradicción casi permanente con las palabras y argumentos que salen de mi boca, esta cabeza coronada de dudas, sembrada de indecisiones.
No tengo ninguna duda de que estaríamos mucho mejor -tú, yo, el mundo en general…- si algunas ideas no hubieran encontrado nunca las palabras para expresarse.
Poética
Antes del poema, lo sé; al terminarlo, lo dudo.
Como si lo hubieras escrito para mí...
ResponderEliminarUn beso.
A menudo, verbalizar te obliga a "construir" una opinión de la que tú mismo dudas.
ResponderEliminarHasta pronto.
¿Alguien no la tiene? La duda, digo.
ResponderEliminarTú lo reflejas con la precisión de un campeón olímpico de tiro al blanco.
Un abrazo.
Tengo la misma duda, por eso ultimamente sólo duermo con alguien de confianza, ya que en ese estado, las armas descansan al lado de la cama y puedo relajarme y viajar.
ResponderEliminarA cuestas la llevamos todos, creo.
Saludos
Después de unos días fuera y sin Internet, leo de golpe varias entradas de este Juego de la taba. En esta, me gustan el post de Elías y los comentarios tan agudos de Paloma, Mercedes, Antonio y Ula. Gracias a todos, es un placer leeros.
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