Oigo, o sueño, no sé bien, en lo profundo de la noche, un golpeteo seco y monótono, rotundo, una percusión de sólidos antiguos, de piedra contra madera.
A oscuras y en silencio, atento al sonido venido de repente en la madrugada, pienso al pronto en alguna pequeña barca de remos en ruinas, de fondo plano y ya casi esponjoso por la humedad topando, repetitiva y tenaz, contra el muro de alguna escollera fluvial, impulsada por el agua que se mueve, despaciosa y rítmica, hacia la orilla antes de hundirse en el fango.
Me levanto a ver qué sucede. Pero desde la ventana de mi cuarto, ay, no se ven los muelles del Moldava.
A oscuras y en silencio, atento al sonido venido de repente en la madrugada, pienso al pronto en alguna pequeña barca de remos en ruinas, de fondo plano y ya casi esponjoso por la humedad topando, repetitiva y tenaz, contra el muro de alguna escollera fluvial, impulsada por el agua que se mueve, despaciosa y rítmica, hacia la orilla antes de hundirse en el fango.
Me levanto a ver qué sucede. Pero desde la ventana de mi cuarto, ay, no se ven los muelles del Moldava.
Excelente micro.
ResponderEliminarUn saludo y hasta la próxima.
Me gusta el texto, Elías. Pero no me convence ese prudente "o sueño, no sé bien". Como lectora me gusta más el que no aparezcan fronteras entre lo soñado, lo imaginado, lo recordado y "la realidad" entendida convencionalmente.
ResponderEliminarSi uno fantasea, sueña o imagina totalmente inmerso en ello, no hay realidad más contundente que esa; y decir "imagino que...", o "sueño que..." reduce la fuerza del "estoy viviendo de verdad tal o cual cosa".
Disculpa este comentario. (Ya sabes que no soy escritora, y que escribo desde el cómodo e irresponsable papel de lectora. Tú participas de los dos, y por ello te respeto mucho).
Abrazo grande
Intenso, hermoso fragmento...
ResponderEliminarAbrazo fuerte, j12
Queridas Mercedes e Isabel, querido jordi:
ResponderEliminargracias por vuestros comentarios a esta entrada. Siempre aprende uno con lo que decís.
Con la percepción de "micro" de Mercedes (que no es la mía),con la objección de Isabel ((no te disculpes) a la duda de si sueño o no, con ese breve y fuerte abrazo de Jordi.
Como este que os envío desde aquí.