jueves, 22 de agosto de 2013

Pato


Pato. Ave palmípeda y acuática que se masacra todos los días en las casetas de feria con escopetillas de aire comprimido y durante la época de caza con cartuchos del 12, muchas veces engatusada patéticamente con hábiles y falaces reclamos.

En su hábitat natural, dicha volátil emite un peculiar y cansino graznido, con cuyo grotesco remedo muchos padres recientes (hombres hechos y derechos de pelo en pecho, que parece mentira) caen en el ridículo más espantoso delante de sus retoños de teta, parientes cercanos, y ocasionales visitas llegadas ex profeso para conocer al rorro cagón.

Y éste, y aquéllas, lo soportan estoicos -qué remedio-, pero no lo olvidan.

Y algún día se lo harán pagar con creces.

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