Aril
También llamado avesable, por la forma de su pico, el
aril suele acompañar a la tribu de los vanopios, nómadas que continuamente
viajan hacia occidente porque creen que el sol es cada día uno distinto y debe
haber un lugar donde se acumulan los de todos los días. Suelen cerrar la
caravana, alimentándose de las sobras de la comida. No vuelan alto, pero su
planeo es elegante y lento como el último baile de la noche. Cuando buscan
pareja chocan su pico repetidas veces, haciéndolo sonar como las espadas de los
duelistas. Los vanopios hacen con sus plumas abalorios para que se engalanen
las muchachas de quince años.
Texto e imagen: Javier Alcaíns
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