La siguiente pregunta fue hecha en un examen trimestral de Química de la Universidad de Toronto. La respuesta de uno de los estudiantes fue tan “profunda” que el profesor quiso compartirla con sus colegas, vía internet, razón por la cual podemos todos disfrutar de ella.
La
pregunta fue la siguiente:
“¿Es el infierno
exotérmico (desprende calor) o endotérmico (lo absorbe)?
La
mayoría de estudiantes escribieron comentarios sobre la Ley de Boyle (El gas se enfría cuando se expande y se calienta cuando se comprime).
Un
estudiante, sin embargo, respondió lo siguiente:
“En primer
lugar, necesitamos saber en qué medida la masa del Infierno varía con el
tiempo. Para ello hemos de saber a qué ritmo entran las almas en el Infierno y
a qué ritmo salen. Tengo sin embargo entendido que, una vez dentro del
Infierno, las almas ya no salen de él. Por lo tanto, no se producen salidas. En
cuanto a cuántas almas entran, veamos lo que dicen las diferentes religiones.
La mayoría de ellas declaran que si no perteneces a ellas, irás al Infierno.
Dado que hay más de una religión que así se expresa y dado que la gente no
pertenece a más de una, podemos concluir que todas las almas van al Infierno.
Con las tasas de nacimientos y muertes existentes, podemos deducir que el
número de almas en el Infierno crece de forma exponencial.
Veamos ahora
cómo varía el volumen del Infierno: según la Ley de Boyle, para que la
temperatura y la presión del Infierno se mantengan estables, el volumen debe
expandirse en proporción a la entrada de almas.
Hay dos
posibilidades:
1. Si el
infierno se expande a una velocidad menor que la de entrada de almas, la
temperatura y la presión en el Infierno se incrementarán hasta que éste se
desintegre.
2. Si el
Infierno se expande a una velocidad mayor que la de entrada de almas, la
temperatura y la presión disminuirán hasta que el Infierno se congele.
¿Qué posibilidad
es la verdadera? Si aceptamos lo que me dijo Teresa en mi primer año de
carrera: “Hará frío en el Infierno antes de que me acueste contigo”, y teniendo
en cuenta que me acosté con ella ayer noche, la posibilidad nº2 es la
verdadera. Doy por tanto como cierto que el Infierno es exotérmico y que ya está
congelado.
El corolario de
esta teoría es que, dado que el Infierno ya está congelado, ya no acepta más
almas y está, por tanto, extinguido, dejando al Cielo como única prueba de la
existencia de un ser divino, lo que explica por qué, anoche, Teresa no paraba
de gritar: “Oh, Dios mío, Dios mío.”
Imagen: Frans
Francken II El Joven
Brillante todo lo expuesto.
ResponderEliminarOpino que las variantes de infiernos son infinitas a los seres, climas infernales, un infierno de vida y hasta infiernos en el paraíso.
Cuantas veces miramos que alguien vive en aparente privilegio y desconocemos los pormenores de su infierno.
El infierno natural de la cadena alimenticia.
El infierno del éxito, a través del cual todos te quieren arrancar un pedazo, cuando no tu vida misma.
Hay suicidas que renuncian a su infierno.
Parte de la sabiduría es cuidar de no caer en uno.