Recibo un correo desde Varsovia de mi querida amiga Yolanda Soler Onís con el regalo de ese poema inédito del título. Me lo envió ayer, 11 de septiembre, aniversario del golpe de estado de Pinochet contra la legalidad chilena. El Estadio Nacional de Santiago de Chile se convirtió entonces en un símbolo de la crueldad y la muerte.
Según me comenta en su carta, este otro estadio del poema (Stadion Narodowy) fue construído en los humedales del Vístula, rellenados con los "escombros" del ghetto de Varsovia; todo tipo de restos salieron a la luz cuando excavaron para cimentar.
Según me comenta en su carta, este otro estadio del poema (Stadion Narodowy) fue construído en los humedales del Vístula, rellenados con los "escombros" del ghetto de Varsovia; todo tipo de restos salieron a la luz cuando excavaron para cimentar.
La maldición de los estadios
a Rodrigo Rojas Mackenzie
Un estadio florece en rojo y blanco
en lo que otrora fueran humedales
hincando sus cimientos como lirio
extraño
entre los escombros del ghetto
Es once de septiembre a orillas del Vístula
donde tan solo el cielo permanece
Bajo la ciudad recreada
escasos son los que descansan
en la paz del cementerio
Yolanda Soler Onís
Rotundo. Veraz. Enhorabuena a la autora. Gracias por compartirlo.
ResponderEliminarAbrazos.
Impactante imagen de un Suelo doblemente mancillado... Primero por la Crueldad... Luego por la Frivolidad de pisarlo sin tener en cuenta que, lejos de serlo, debería ser Sagrado.
ResponderEliminarUn Saludo, Elías.