jueves, 26 de julio de 2012

Hospital


Me acuerdo de las tardes de hospital, en pijama y junto a la estufa, el invierno del 69. Fue cuando me operaron de un pulmón. Conservo una cicatriz en el costado que todavía se alborota con los cambios de tiempo, la humedad relativa del ambiente, la presión atmosférica y cosas así de prosaicas.

4 comentarios:

  1. Efectivamente, querido Antonio, un quiste hidatídico en toda regla, "hermoso como un huevo de gallina" -así se lo describía mi madre a las vecinas-. Con diez añitos.
    Un tierno infante, como quien dice.
    Premio para el caballero.

    Abrazos

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    1. Me he ido directamente a ello porque tengo un buen amigo a quien le detectaron uno en un reconocimiento médico en el instituto, ya con 16 años. Contaba él, y no se me olvidará nunca, que cuando el médico le vio por Rayos X, dijo: "¡Qué quiste! ¡Qué quiste! ¡Qué quiste!" A él, según decía, ciertos atributos se le fueron poniendo de corbata mientras le bajaba la moral en la misma medida en que enfatizaba el médico. Oírle contarlo era para partirse de risa. Por cierto, que hubo una anécdota a raíz de su operación que he recordado ahora; quizá dé para un "Fragmento de inventario".

      Abrazos.

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  2. Pues en la línea de tus "Fragmentos...", una de mis "Notas..." en curso habla precisamente de eso: de cómo me lo descubrieron y las penalidades subsiguientes hasta que fue reducido del todo.
    Ya te contaré. O ya lo leerás. En tono humorístico, espero.

    Abrazo convaleciente.

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