Collar
Estoy a punto de cumplir mi condena, lo intuyo. La niña ronda más que de costumbre por la alcoba cerrada desde entonces desordenando armarios y revolviendo cajones, destripando joyeros.
Estoy a punto de cumplir mi condena, lo intuyo. La niña ronda más que de costumbre por la alcoba cerrada desde entonces desordenando armarios y revolviendo cajones, destripando joyeros.
Con tal afán indagatorio es de esperar que dentro de poco descubra este oscuro rincón en el que languidezco desde hace años criando rencor y ansias de venganza.
Tiene un cuello precioso. Tierno y delicado, como a mí me gustan. Me recuerda bastante al de su madre, que en paz descanse.
Creo que le podré dar al menos un par de vueltas completas a su alrededor antes de empezar a apretar.
¡Vaya collar! ¡Qué intenciones...!
ResponderEliminarPondré en alerta a mis hijas ante tales ejemplos de maldad.
Abrazos.
¡escóndelo! no dejes que lleve a buen término su perlada venganza.
ResponderEliminarEsa personalización malvada del collar ha sido una apuesta atrevida que la has llevado buen término.
saludoss!