martes, 24 de julio de 2012

Memento mori


Nada más cierto. Y algo que, como una letanía, y al igual que hacen los monjes trapenses al encontrarse por los claustros, deberíamos repetirnos de continuo.
Pero en tanto llega ese momento, ¿por qué no probar a vivir?

2 comentarios:

  1. No me parece que pueda haber mejor sugerencia: vivir. Y, de ser posible, vivir cada segundo como si fuese el último. Disfrutar de la vida, y aprender a distinguir el grano de la paja.

    Un abrazo.

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