miércoles, 18 de mayo de 2011

Nostalgia (armada) de Olga


Cercano ya el año y medio desde que este blog empezara su andadura, su cosecha de compinches, secuaces y visitantes no ha dejado de darme satisfacciones: entre comentarios de unos (no siempre coincidentes con la propuesta del día pero siempre respetuosos) y aportaciones de otros, el cruce de afectos entre su piloto y su pasaje no ha dejado tampoco de crecer.
Gracias a él, he podido establecer lazos y en algunos casos conocer personalmente a autores de los que hasta entonces no tenía la menor noticia: ni de su existencia ni de su talento.

Una de las mejores de esas alegrías que antes citaba se personifica -bellamente, a la vista está- en Olga Bernad. Desde nuestro primer contacto -creo recordar que a raíz de una entrada que dediqué a J. A. Labordeta con motivo de su fallecimiento y que ella comentó-, la presencia de Olga ha ido creciendo en mi vida: correos y libros cruzados, conversaciones y proyectos… hasta poder conocernos personalmente hace un par de meses.

Justo ese día, su editor, Javier Sánchez Menéndez, muñidor del encuentro y magnífico anfitrión en Sevilla, ponía en mis manos -recién sacado del horno- el último libro de Olga: Nostalgia armada, un precioso volumen, en fondo y forma, de la colección "Vela de Gavia" en la editorial La Isla de Siltolá, tan firme en su navegación.

Después de Caricias perplejas -como veis, Olga también sabe titular con gusto-, Nostalgia armada viene a reafirmar, si es que hubiera alguna duda, el talento poético de Olga: a mí se me antoja que esta zaragozana va a dar mucho que hablar de aquí en adelante.

Para que podáis comprobarlo personalmente, mañana jueves, a las 19,30 horas, Olga estará en el Ámbito Cultural de El Corte Inglés, de Zaragoza, presentando este último libro.


Y para abrir boca, dejo aquí uno de los poemas del libro, un poema que a mí me gusta especialmente.

Perros de noviembre

Será agosto y, en sueños,
vendrán ladrando perros de noviembre.
Y sueño que estoy sola
-sueño muy a menudo que estoy sola-
y el mes terrible en el que nuestro invierno
es más que una amenaza
(son los golpes por estrenar del frío)
el mes que odia mi sangre y mi silencio,
olerá desde lejos mi tristeza.
El mes más vil, el mes de los suicidas,
el que arranco de cuajo en los diarios.


No os perdáis esa presentación.

Y dadle un abrazo de mi parte.


2 comentarios:

  1. Muchas gracias, Elías, un placer haberte encontrado por estos mundos... y nos vemos muy pronto en Zaragoza!
    Un beso.

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  2. Mis felicitaciones a Olga, no tengo duda alguna de que tiene una pluma exquisita, confío en ti, y la muestra que nos has traído lo corrobora. Le deseo mucha suerte en el Ámbito Cultural de El corte Inglés de Zaragoza, donde yo estuve hace dos años.

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