Hoy, podría jurarlo, he visto al gemelo de Monsieur Hulot -trasunto del gran Jacques Tati- paseando tan tranquilo por la calle principal de mi ciudad: pantalón con vuelta un palmo por encima de los tobillos, calcetines de rayas multicolores, gabardina gris claro, pajarita, pipa, sombrero, y paraguas bajo el brazo, aunque a veces lo utilizaba de bastón.
No podía creerlo, me parecía estar sufriendo una alucinación cinematográfica.
Apresuro el paso para llegar a su altura y postrarme de hinojos ante él para rendirle pleitesía, o como si esperase que me armara caballero delante de toda la corte en la plaza de armas del castillo para ganarme ¡al fin! los favores de mi dama, que me los niega, testaruda y caprichosa, por mi baja condición, por su alta alcurnia.
El paseante, estupefacto ante la escena bufa (imaginaos en su lugar: un tipo alto y desgarbado, al que no conoces de nada y con vaya usted a saber qué ocultas intenciones, y que se arrodilla de repente ante ti en actitud sumisa e implorante, induce cuando menos a la sospecha de que no anda muy allá de la mollera), ha tardado un poco en reaccionar. Pero en cuanto lo ha hecho, me ha esquivado con una elegante finta de cintura y un juego de pies dignos -y casi impropios de su edad- de un campeón de esgrima o de boxeo mientras me miraba de soslayo, tal si estuviese loco de remate.
Yo creo que ha estado a punto a atizarme un paraguazo y todo.
de haber sido él, la mirada aviesa de soslayo es impropia, sí. el cuñado solía turbar su actitud, pero ¿séquito de perros y niños? ¿no?. igual ha menguado irritable, cascarrabias. tal vez, los tiempos corren más que él y su bonanza... ¿"indignado"?
ResponderEliminarY es que, donde menos se espera, como dice el refrán, salta la liebre.
ResponderEliminarCalido y hermoso homenaje a un gran cómico.
Un abrazo.
Cálido Cálido Cálido Cálido Cálido Cálido Cálido... (me di cuenta justo cuando le daba a "publicar") Me castigo a copiar 100 veces Cálido Cálido Cálido Cálido Cálido Cálido Cálido...
ResponderEliminarEs lo que tiene el querer correr tanto, que saltan las erratas como kanguros.
Nuevo abrazo.
Qué esperabas, ¿un abrazo? El hombre se habrá quedado desconcertado ante tu curiosidad.
ResponderEliminarA mí también me ha pasado alguna vez.
Hasta pronto.
A esto se le llaman afinidades electivas, ¿no? O correspondencia íntimas. O algo así. Andaba estos días tomando notas para una entrada sobre Tati y pensaba aprovechar el domingo electoral para re-mirar un par de pelis suyas, como ya sabes, y escribirla. Y ya ves. ¡Qué Mr. Hulot nos ampare!
ResponderEliminarUn abrazo.
¡Cómo he disfrutado yo con las películas de Monsieur Hulot! Las he visto tantas veces!!
ResponderEliminarGracias por traerlo aquí y de esta forma tan especial...
Abrazos, Elías