Lechón. En gastronomía, exquisitez resultante de asar en fuego de leña, aderezada con un chorrito de aceite, pizca de sal y alguna hierba aromática al gusto, una cría reciente, todavía sin destetar, de cochino marrano.
Tostadito por fuera y jugoso por dentro; ése es el punto.
Fig: Cama del gigante.
Esto no se hace Elías. No hace ni dos horas que he desayunado y a la vista de este lechón tan bien dispuesto, ya estoy deseando sentarme a la mesa. Por cierto, que hay un pueblo cerca de Talavera --Segurilla, se llama-- donde ponen un lechón que no tiene nada que envidiar al mejor de Arévalo, por poner un ejemplo de garantía en esta materia. Si un día pasas por aquí con tiempo y a hora propicia, no estaría mal que hiciéramos juntos la prueba. Por supuesto, de mi cuenta.
ResponderEliminarUn abrazo.
¡Qué hambre! Estoy con Antonio, ¡esto no se hace Elías!
ResponderEliminarAntonio, Javier: desde ya os nombro miembros de la Cofradía del Lechón.
ResponderEliminarAlgún día habrá que hacerle los honores.
Claro, que si se siguen apuntando comensales, el guarro tendrá que tener un par de arrobas.
Abrazos.
Anda que... yo estoy a dieta, majo;-) Sin embargo, te confieso que, a pesar de ser carnívora, me dan algo de ternura estos pobrecicos. Una vez volcó un camión cerca de mi casa, justo antes de Navidad, y un montón de lechoncillos corrían como locos en todas las direcciónes intentando escapar de su segura muerte en el matadero. La gente salía de los coches para atraparlos (y no creo que pensase en adoptarlos, precisamente) y a mí se me puso el corazón de su parte, angelicos. "Corre, corre", pensaba.
ResponderEliminarPero vamos, que sigo comiendo jamón;-)