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Andenes
Los andenes de estación, solitarios por las noches, siempre tienen un aire de película de espías en blanco y negro.
Y no digamos ya si el tren, al entrar de madrugada, suelta unas nubes de vapor entre chirridos de frenazos.
Qué recuerdos me trae esta fotografía...
ResponderEliminarElías, ¿no te llegó mi comentario a esta entrada? Te decía, simplemente, que lo habías clavao
ResponderEliminarNuevo abrazo.
A saber de qué, querida Mercedes.
ResponderEliminarUn beso.
Pues no, Antonio, no me llegó ese comentario que citas.
ResponderEliminarPero si lo he clavao, como dices, me alegro.
Abrazo.