“Agarrarme
a trompadas”.
Mucho
más poético, dónde va a parar, ese giro verbal y transoceánico, malevo y
porteño, que nuestro castizo y pedestre “liarme a puñetazos”, tan mesetario y
peninsular, tan seco y prosaico.
Ni
punto de comparación.
Imagen:
Martín Chambi
Talmente de acuerdo. Aunque el resultado, a fin de cuentas, venga a ser el mismo. Ahora, el lenguaje, ni punto de comparación, como bien dices.
ResponderEliminarAbrazos.